Vivimos en una montaña,
justo en la cima.
Hay una vista hermosa
desde la cima de la montaña.
Cada mañana camino hacia el borde
y arrojo cosas pequeñas
como partes de auto, botellas y cubiertos
o cualquier cosa que encuentre tirada.
Se ha vuelto un hábito, una forma
de empezar el día.
Hago todo esto, antes que despiertes
para sentirme más feliz de estar a salvo aquí arriba contigo.
Es muy temprano,
no hay nadie despierto.
Estoy de vuelta en mi cima
aun tirando cosas.
Escucho al sonido que hacen mientras caen.
Las sigo con mis ojos hasta que chocan.
Me pregunto como sonaría mi cuerpo
estrellándose contra esas rocas.
Y al caer, ¿estarán mis ojos cerrados o abiertos?